lunes, 14 de junio de 2010

Carne en picada


Cayeron la producción bovina, la faena, el consumo interno y las exportaciones. Incumplimos con la Cuota Hilton. Se paralizan las actividades en frigoríficos. Decí que la hacienda en pie tiene buenos precios...


En la cadena de la carne, los indicadores económicos vienen desplomándose como fichas de dominó.

Esta semana, el frigorífico Mattievich, el más importante de Santa Fe, fue noticia al anunciar la paralización de actividades en su planta de Puerto General San Martín dedicada a la exportación, donde trabajan 182 personas. Antes, presentó un procedimiento preventivo de crisis, asegurándoles a sus empleados el pago de la garantía horaria (140 horas semanales), es decir, el 70 por ciento de los salarios. A pesar de que algunos de sus negocios se ven florecientes, la empresa argumentó dificultades financieras. Es que, según afirman, sus actividades han descendido un 40 % en el caso del comercio exterior y un 20 % en el mercado interno, respecto del año anterior. Si la situación se prolonga, reubicarán al personal en sus otras siete plantas, dijo el gerente de la firma, Jorge Torelli. Una vez más, los trabajadores pagan el ajuste.
La retracción de la oferta de ganado, el flujo intermitente, la suba de precios, las trabas a la exportación y la tardía adjudicación de la Cuota Hilton, llevaron a la suspensión de la faena generando tal desenlace. Y eso que este frigorífico había acordado con el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, vender 13 cortes a precio "sugerido", asegurándose así un cupo exportable. Pero Mattievich no es el único, hay otros casos (ver más).

Hasta hace un año -y tradicionalmente- los argentinos estábamos a la cabeza del ranking de consumidores de carne vacuna. Teníamos con qué: suficiente abastecimiento interno, exportaciones limitadas y en consecuencia, precios accesibles en el mostrador.

Sin embargo, en el primer cuatrimestre de 2010, según el Informe Económico Mensual de la Cámara de Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), el consumo por habitante retrocedió un 20 % con respecto a igual período de 2009, cayendo desde 70,3 -el récord de la década- hasta 56,3 kilogramos.

Las causas y las consecuencias, son varias.

Una cadena de desaciertos

La caída en la producción y la escasez de hacienda para faena han afectado principalmente al mercado interno al reducir la oferta de carne e incrementar su precio. Esto deriva de una serie de hechos entre los cuales debemos citar los desaciertos de las políticas agropecuarias de los últimos años (cierre y traba de exportaciones, control de precios, falta de estímulos para el desarrollo de la ganadería), la sequía de 2008-2009 y los bajos índices de eficiencia productiva y reproductiva de nuestros rodeos. Además, el nuevo peso mínimo de faena, profundiza temporalmente la disminución de la oferta.

En los primeros cuatro meses del año, de acuerdo a las estimaciones de CICCRA, la producción de carne vacuna sufrió un retroceso de 21 %, llegando a 877 mil toneladas de res con hueso, 238.250 menos que en igual lapso del año anterior.

Por su parte, se registró una faena total de 4,085 millones de cabezas y una caída acumulada de 20,6 % interanual, lo que significa que se sacrificó un millón de cabezas menos. Uno de los peores años de los últimos veintiuno. Cabe recordar que en 2009 la faena fue récord debido a la gran liquidación de vientres y venta anticipada de animales, forzadas por la grave sequía sufrida en vastas regiones del país.

En cuanto a los embarques de carne vacuna, acumularon una disminución del 30% interanual, durante el primer cuatrimestre de 2010 (un 32,9% si se mide en res con hueso); cayendo los ingresos por ventas al exterior sólo un 15 % (458,2 millones de dólares fob) , gracias a la recuperación del precio promedio de exportación.

Asimismo, según denunció Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), a 15 días de que se venza el plazo de la Cuota Hilton aún falta embarcar el 30 por ciento de las 28 mil toneladas correspondientes, por lo que se perderán 130 millones de dólares. La entidad atribuye este incumplimiento a “los errores de la Secretaría de Comercio Interior y la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA)", por las modificaciones y demoras en la distribución de la Cuota. Y asegura que “con esto no solo pierden los productores ganaderos por menores ingresos sino los trabajadores de la industria frigorífica, los frigoríficos y las regiones productivas del interior; y también pierde Argentina su reputación como exportador confiable de carne vacuna de alta calidad”. 

Para la industria frigorífica, el descenso en la actividad se debe principalmente a “la (anti) política pecuaria implementada a partir de marzo de 2005, cuando comenzaron a resurgir los ‘acuerdos’ de precios para combatir la incipiente aceleración de la tasa de inflación, que llevó a la reducción del stock de hacienda y del rodeo de madres, y afectó negativamente los índices de eficiencia productiva”. En segundo lugar, cita a la gran sequía que afectó a las zonas productoras entre mediados de 2008 y mediados de 2009, “evento climático adverso se encargó de adelantar en el tiempo los efectos negativos de las decisiones públicas”.


Autocrítica

Cierto es que los controles de precios y las restricciones a la exportación implementados en los últimos años, sumados a la mayor rentabilidad y sencillez que ofrece la agricultura, han desalentado a la ganadería conduciendo a los productores a engordar menos terneros, liquidar stocks y hasta abandonar la actividad.

Pero no todo es responsabilidad ajena a la hora buscar las causas de tan baja producción. Argentina presenta una baja eficiencia productiva y reproductiva en el manejo de sus rodeos. A diferencia de lo ocurrido en las actividades agrícolas, la incorporación de tecnología y la inversión han sido bajas en la ganadería. La falta de perspectiva y de crédito puede haber contribuido a ello. No obstante, será necesario mejorar los índices, aumentar el peso de faena y la tasa de extracción, para optimizar la producción bovina. En ese sentido, Dardo Chiesa, presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), consideró “esencial que los ganaderos implementen tecnología, como lo hicieron los agricultores porque es la única forma de lograr más y mejor carne, especialmente en zonas complicadas para la producción”. Para el ingeniero Daniel Rearte, especialista del INTA en la materia, “nos tenemos que preguntar si tenemos que recomponer el stock, o, dadas la sanidad y el alimento disponible, hacer más eficiente la producción con el mismo número de cabezas, pero con mejores índices de preñez y destete; con esto, y el aumento del peso de faena -afirma-, se podría producir la carne suficiente para abastecer el mercado interno y la exportación con un stock sustentable en el tiempo”.

Señales

A pesar de tanta información decepcionante, hay datos que indicarían que el ciclo podría empezar a revertirse. Con mejores precios de la hacienda en pie, la liquidación de hembras ha descendido en relación a los registros récords de 2008 y 2009. En el primer cuatrimestre de 2010, el 47,6% de la faena total correspondió a hembras. Aunque en términos históricos continúa siendo muy elevada, ha comenzado a disminuir. Si hay horizonte de buena rentabilidad, los productores retendrán vientres y engordarán más terneros. Y el negocio crecerá. Pero, los pronósticos son dispares. Algunos industriales aseguran que el precio de la hacienda caerá hasta alinearse con los valores internacionales. Otros opinan que los precios en dólares de los novillos se mantendrán muy elevados con baja disponibilidad de animales, competencia del consumo y gran ociosidad. Mientras que Rearte es optimista y "prevé 3 a 4 años de oportunidad y no de crisis ganadera".

Son necesarias, ahora, políticas públicas virtuosas que estimulen el desarrollo del sector y regulen el funcionamiento de la cadena, para que en este juego, en lugar de que sigan desplomándose las fichas o que algún participante haga saltar la banca, alguna vez todos ganen.


Fuentes: Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación; Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria; IPCVA; CICCRA; ONCCA; CRA; fyo.com; Rosario3.com; Clarín; ambito.com; ON24.